Yucatán

Ni altas montañas, ni húmedos valles, ni grandes lagunas, ni volcanes, ni cañadas, sólo planicies y colinas de poca elevación. Sin ríos permanentes y sólo corrientes subterraneas que forman cenotes. Selva baja de matorrales y selva alta con arboles que hunden sus raices, penetrando el suelo calizo, hasta llegar al agua, y que alcanzan alturas hasta de 20 metros. A pesar de todo no faltan manglares, cocoteros y maderas preciosas, aunque es el generoso henequén, quien por medio del ingenio del hombre le ha dado riquezas, convertido en fibra, cuerdas, cables, hamacas, tela para costales, tapetes, sombreros y zapatos. Clima muy cálido y clima tropical lluvioso, que permite convivir a una fauna tan sugestiva como son el venado, jabalí, liebre, ardilla, conejo, leoncillo y tigrillo. Litoral de bancos arenosos que hace difícil la navegación, con peligrosos arrecifes en el mar, litoral poblado de pescadores en el que no falta un puerto de altura y cabotaje, que con su nombre nos muestra su voluntad de progreso.

Mérida, la capital de Yucatán, fué fundada en 1542, en un poblado maya de nombre T-hó, que había sido importante y que los españoles encontraron ya en ruinas, lo que al parecer les recordó las ruinas romanas de la Mérida extremeña, lugar de donde procedían muchos de ellos. Es posible que Montejo, su fundador, siguiendo un sabio consejo se aposentara en esas ruinas para, en cierta medida, protegerse, y con las piedras, ya labradas, iniciar las nuevas construcciones. No era un lugar fácil ni propiamente agradable, pero reunía, en principio, las condiciones indispensables. La población contó sesenta familias españolas y trescientas aborígenes.

Una de las ciudades de la República mexicana que conserva el mayor numero de construcciones de los siglos XVI y XVII es, sin duda, Mérida. Bellas iglesias y palacios o restos de ellos, en los que la sobriedad es una de sus mejores características. Su iglesa mayor para 1561 ya tenía rango de catedral, la primera catedral basílica del continente americano. Del Palacio de Montejo se conserva la fachada y el portón.

De las ciudades muertas de Yucatán, que son las que le dan vida, nombre y prestigio universal, quien no conoce, aunque sólo sea por fotografías, las maravillas de Chichen Itzá, Edzná, Sayil (Zayil), Labná, Kabah, Uxmal. En la historia del arte ocupan un lugar destacado.

Chichen ltzá es una de las zonas arqueológicas mas grandes, y lo es, sin duda, por las dos fases de su larga existencia. A partir de Ia invasión tolteca hay aquí, en todo, dos conceptos arquitectónicos, dos estéticas maravillosamente fusionadas y que corresponden a dos conceptos, aceptados, de la religión y de la vida. Quetzalcóatl "Serpiente de plumas de quetzal", traducido literalmente el maya pasó a ser Kukulkán.

Las ciudades mayas nacían a partir del descubrimiento de los cenotes, ya que el agua fue siempre, y sigue siendolo, vital. En Chichen ltzá hay dos.

Nos limitaremos a mencionar los principales monumentos de algunas de estas ciudades, para dar idea de su importancia, aunque no de su belleza, que sólo puede ser apreciable con la contemplación directa y en el ámbito -clima, atmósfera, luz- que las rodea.

Chichen Itzá: pirámide de Kukulkán, llamada El Castillo, templo de los Tigres, muro de los Cráneos, casa de las águilas, templo o tumba del Chac-Mool, templo de los Guerreros, pozos de sacrificios, grupo de Las Mil Columnas, tumba del Gran Sacerdote, templo del Venado, Palacio Chihanchob, El Caracol (observatorio astronómico), templo de los Tableros y, entre otros, la enorme construcción conocida como Edificio de las Monjas, además de los famosos juegos de pelota.

Uxmal: pirámide del Adivino, cuadrángulo de las Monjas, juego de pelota, casa de las Tortugas, Palacio del Gobernador, gran pirámide.

Edzna (Etzna). En este centro ceremonial la pirámide principal, de 60 metros por lado, conserva en su terraza superior un templo. En Sayil (Zayil), el Palacio, de tres plantas, mide ochenta y cinco metros de fachada. En Labná es famoso el Arco de su nombre. Todo el conjunto de Kabah y su edificio Ilamado Codz Poop, son realmente impresionantes.

El aspecto físico de los yucatecos actuales conserva muchos rasgos de sus antepasados mayas, como puede comprobarse en los relieves y esculturas. Y tienen un acento y una forma muy peculiares de hablar el castellano. La cocina yucateca es bien conocida y aceptada en todo México. Tiene supervivencias mayas en los condimentos y algunas veces en el nombre, tambien elementos españoles de la epoca colonial y seguramente algo personal actual. Uno de los platos preferidos es Ia cochinita pibil, barbacoa que lo mismo puede hacerse con lechones que con pollos. Existe un plato de origen prehispánico, Ilamado haleb, poco consumido, hecho con came de un perrilo equivalente al tepexcuintli azteca. Los papadzul son unos "taquitos" con huevo, cubiertos con una salsa como la del mole verde.