Nayarit
Uno de los grupos indigenas náhuatlano superviviente es el de los indios coras, que viven casi aislados en pequeños grupos de doscientas a trescientas personas, principalmente en la parte meridional de Ia Sierra Madre Occidental del estado de Nayarit, tambien conocida como Sierra Nayar. La región propiamente dicha produce frijol, maíz, tubérculos, plantas oleaginosas y maderas de varias clases, asi como minerales. La vegetación es muy variada y los coras, debido a su aislamiento y pobreza, saben sacar provecho alimenticio de muchas de ellas. La fauna es riquisima en jaguares, pumas, ciervos, coyotes, zorros, venados y numerosos reptiles, desde serpientes de cascabel hasta venenosos alacranes.
El origen de este pueblo es tan dificil de descubrir como el del pueblo azteca, con quien se relaciona por la morfología de su lengua; pueblo que se vió obligado al aislamiento en las montañas ante las invasiones de otros pueblos. Los conquistadores españoles, durante una expedición, al parecer contra los indios de Zacatecas, lograron cierta sumisión de los coras, y pudieron fundar algunos pueblos, pero fue una sumisión insegura, sin posibilidades de continuidad, así las rebeliones durante la colonia fueron constantes y alcanzaron incluso a todo el siglo XIX. Su religión, como sucede con casi todos los pueblos indigenas de México, es una mezcla de antiguas creencias y catolicismo. En sus templos, ya sea construidos o adaptados en grutas, mezclan ídolos con imaginería cristiana, pero adoran principalmente al Sol, las estrellas y el agua. Creen que la muerte es sólo un sueño, y por eso dejan, junto a los cadaveres, utensilios domésticos, alimentos e incluso un poco de dinero. Practican exorcismos, porque ese sueño de la muerte puede terminar o en el cielo o en el infierno.
Las fiestas de los coras son las del calendario católico, y tienen un gran sentido propiciatono. La danza llamada de la palma y la del mitote son las principales. La primera ejecutada sólo por hombres y la segunda por toda la comunidad.
Nayarit tiene varios pueblos sobre el Pacífico y playas tan bellas como Los Corchos o Mexcaltitán, sobre un islote de La Laguna en un bosque habitado por aves acuáticas. San Blas es un pueblo de pescadores, entre cocoteros y preciosas playas cercanas unas a otras, como Matachén y Los Cocos.
Tepic, la capital del estado, conserva algunos testimonios arquitectónicos de la epoca colonial, pero su desarrollo en los últimos años ha dado a la ciudad un aspecto moderno. Fué fundada a mediados del siglo XVI, no exactamente en este lugar, pero si muy próximo, en un poblado nahua. Nunca pudo Tepic lograr estabilidad, por los peligros a que Ia exponían el caracter refractano de las tribus huicholes y coras, pese a que Felipe V le otorgó el titulo de Noble y Leal Ciudad. A partir del siglo XIX, y sobre todo despues de la Revolución, gracias a los adelantos de las comunicaciones, Tepic se reafirmó en su capitalidad. Su vida diaria sigue siendo muy viva y pintoresca. Ya en paz los huicholes y los coras, vestidos a su manera llegan a la ciudad para vender sus productos y venerar una cruz vegetal muy bien arreglada, en el centro de un patio. Las ofrendas son constantes y los exvotos también. Aunque los huicholes comparten Ia Sierra Madre con los coras de Nayarit, ocupan parte de la de Zacatecas y de la de Jalisco.
No por agradable es menos sorpresivo saber que el poeta Amado Nervo nació en Tepic, en 1870. Fué, sin duda, uno de los mejores poetas modernistas de México. Pocos poetas en lengua castellana han sido leidos en vida con tanto entusiasmo y veneración como lo fue el. Sus numerosos libros confirman la autenticidad y el carácter de su vida y de su obra.
El origen de este pueblo es tan dificil de descubrir como el del pueblo azteca, con quien se relaciona por la morfología de su lengua; pueblo que se vió obligado al aislamiento en las montañas ante las invasiones de otros pueblos. Los conquistadores españoles, durante una expedición, al parecer contra los indios de Zacatecas, lograron cierta sumisión de los coras, y pudieron fundar algunos pueblos, pero fue una sumisión insegura, sin posibilidades de continuidad, así las rebeliones durante la colonia fueron constantes y alcanzaron incluso a todo el siglo XIX. Su religión, como sucede con casi todos los pueblos indigenas de México, es una mezcla de antiguas creencias y catolicismo. En sus templos, ya sea construidos o adaptados en grutas, mezclan ídolos con imaginería cristiana, pero adoran principalmente al Sol, las estrellas y el agua. Creen que la muerte es sólo un sueño, y por eso dejan, junto a los cadaveres, utensilios domésticos, alimentos e incluso un poco de dinero. Practican exorcismos, porque ese sueño de la muerte puede terminar o en el cielo o en el infierno.
Las fiestas de los coras son las del calendario católico, y tienen un gran sentido propiciatono. La danza llamada de la palma y la del mitote son las principales. La primera ejecutada sólo por hombres y la segunda por toda la comunidad.
Nayarit tiene varios pueblos sobre el Pacífico y playas tan bellas como Los Corchos o Mexcaltitán, sobre un islote de La Laguna en un bosque habitado por aves acuáticas. San Blas es un pueblo de pescadores, entre cocoteros y preciosas playas cercanas unas a otras, como Matachén y Los Cocos.
Tepic, la capital del estado, conserva algunos testimonios arquitectónicos de la epoca colonial, pero su desarrollo en los últimos años ha dado a la ciudad un aspecto moderno. Fué fundada a mediados del siglo XVI, no exactamente en este lugar, pero si muy próximo, en un poblado nahua. Nunca pudo Tepic lograr estabilidad, por los peligros a que Ia exponían el caracter refractano de las tribus huicholes y coras, pese a que Felipe V le otorgó el titulo de Noble y Leal Ciudad. A partir del siglo XIX, y sobre todo despues de la Revolución, gracias a los adelantos de las comunicaciones, Tepic se reafirmó en su capitalidad. Su vida diaria sigue siendo muy viva y pintoresca. Ya en paz los huicholes y los coras, vestidos a su manera llegan a la ciudad para vender sus productos y venerar una cruz vegetal muy bien arreglada, en el centro de un patio. Las ofrendas son constantes y los exvotos también. Aunque los huicholes comparten Ia Sierra Madre con los coras de Nayarit, ocupan parte de la de Zacatecas y de la de Jalisco.
No por agradable es menos sorpresivo saber que el poeta Amado Nervo nació en Tepic, en 1870. Fué, sin duda, uno de los mejores poetas modernistas de México. Pocos poetas en lengua castellana han sido leidos en vida con tanto entusiasmo y veneración como lo fue el. Sus numerosos libros confirman la autenticidad y el carácter de su vida y de su obra.