Chiapas
Todo cuanto pueda ofrecer la naturaleza generosa, la cultura y la historia, se encuentra reunido en el estado de Chiapas. Asombro ante unos paisajes sorprendentes, fascinación ante unas ruinas misteriosas, extrañeza ante unos seres con raíces étnicas desconocidas, recuerdos todavía vivos del mundo hispánico, materializados en unas piedras y en unas costumbres asimiladas a medias, que en el aspecto religioso resultan inquietantes y perturbadoras.
De sus comunidades indigenas sobresalen los tzotziles y los tzeltales de origen maya, que viven en poblaciones de las montañas, una de ellas la de Chamula, por lo que suele llamárseles a todos ellos indios chamulas. Los lacandones, por su parte, decididamente mayas, viven y se extinguen en plena selva, grupo muy reducido que ha ignorado, hasta hace muy poco, al resto del mundo, que a su vez ignoraba su existencia. En cuanta a los tzotziles y los tzeltales, que forman una de las comunidades indígenas más importantes de México, es interesante su forma de vivir (su forma de vestir sigue siendo muy personal y muy bella). Chiapas se encuentra al extremo sur de la República mexicana, colindando con Guatemala, Tabasco, Veracruz, Oaxaca y el oceano Pacífico, surcado por rios caudalosos, coronado por sierras y volcanes, y arropado por selvas impenetrables.
Chiapas es, en potencia, el estado más rico, en varias de sus aspectos materiales, por su producción de café, de la mejor calidad, por su riqueza maderera, y parque últimamente el petróleo ha hecho acto de presencia en forma evidente y decidida.
San Cristóbal de las Casas, que une al nombre cristiano el de fray Bartolomé (él para los españoles polémico defensor de los indios, fué en su día la capital del estado, es decir, desde su fundación en 1527, hasta 1892, en que la sede de los poderes pasó a Tuxtla Gutiérrez.
En San Cristóbal se conserva bien la arquitectura colonial. Junto a mansiones de estilo plateresco, el templo de Santo Domingo y el convento de la Encarnación, con su torre campanario que al mismo tiempo es coro y puerta a la ciudad. Y Chiapa de Corzo, con su fuente mudejar, la mas bella sin duda del México del siglo XVI.
En la selva lacandona fueron descubiertas, hace pocos años, en 1946, en un lugar que ha sido llamado Bonampak (Muros pintados) las ruinas, bien conservadas, de lo que pudo haber sido el centro de algún principado maya.
Pasando a Palenque, también en territorio de Chiapas, podría decirse que su importancia arqueológica atañe tanto a la arqueología nacional como a la mundial.
Devorado por la selva, Palenque nos muestra una buena parte de su extensión material, en templos y palacios. Por circunstancias casuales, el templo de las inscripciones ha revelado, a medias, su secreto, ya que por primera vez, una gran pirámide en el continente americano muestra ser monumento sepulcral.
De las aproximadamente cuarenta festividades del estado de Chiapas, podemos destacar la del 29 de junio, día de San Pedro, patrón del pueblo de Chenalhó. Del 20 al 22 de enero, la fiesta en honor a San Sebastian, importante celebración en Chiapa de Corzo, cerca del río Grijalva, con la tradicional danza de los parachicos, una "batalla" naval, desfile de carros alegóricos, en uno de los cuales viaja la tradicional figura de doña María de Angulo y fuegos de artificio en el río. El 28 de septiembre, la fiesta de San Miguel, patrón del pueblo de Huistan. Del 22 al 24 de julio, en Magdalenas, las fiestas de la santa, fiesta que se celebra en casi todos los pueblos de la sierra, aunque con pequeñas variantes. El 6 de agosto, en Mitonic, la fiesta de Nuestro Señor de la Esperanza.